domingo, 1 de febrero de 2009

Sin zumo la naranja biche

El abuso sexual en los menores de edad ha tocado todas las esferas de la sociedad, todos los estratos socioeconómicos, unos casos quedan en la impunidad y otros son denunciados ante las autoridades. En los últimos veinte años se ha venido haciendo hincapié en los deplorables efectos que estos hechos traen en contra de la Niñez colombiana.


En la gran mayoría estos abusos son efectuados por hombres en estado adulto y en el contexto del suceso, es lamentable que encontramos familiares cercanos, como el padrastro, un primo, un tío o en ocasiones la madre también se presta para que con su hijo cometan toda clase de abusos, por la supuesta necesidad de comida o por algún estupefaciente que supla sus ansias y su desenfreno incontrolable.


Pero como lo contempla la Ley 679 de 2001, la cual tiene como objeto dictar medidas de protección contra toda explotación, turismo sexual, pornografía y demás formas de abuso con menores de edad.


No hay penas que considere drásticamente ejemplares para los miles de depravados que andan por ahí como entes, sólo en busca de hacer daño y corromper la mente de los niños.


La niñez de hoy, es la que mañana construirá el futuro de nuestro país, son indefensos que están expuestos a diferentes vejámenes. Los niños como están en un proceso de formación aún no tienen la personalidad suficiente para conocer qué es lo bueno o lo malo, sólo actúan condicionados por el dinero o por lo que un desadaptado social le pueda “ofrecer”. Habitualmente las víctimas de abusos sexuales requieren un largo periodo de psicoterapia para ser capaces de superar el daño psicológico que les ha causado la conducta del violador.


Es imperdonable que la Justicia en Colombia no esté contemplando la posibilidad de que los violadores sexuales, paguen penas que les duela hasta en lo más profundo de su ser, para que estos sujetos no andan deambulando por la calles queriendo hacer daño a todo lo que está a su alrededor; ¿es posible que exista otro Garavito? que lo único que hace en la cárcel es engordar y pedir perdón con un supuesto profundo arrepentimiento a las familias víctimas de sus agravios.


¿Se podrìa contemplar la pena de muerte o la cadena perpetua?, amanecerà y veremos.

Infames violadores y desequilibrados emocionales que lo único que hacen es corromper mentes y generar una serie de niños que se resienten contra la sociedad, de niños que tarde o temprano si no está bien estructurada su personalidad van a cometer los mismos actos que con ellos hicieron, más tarde que nunca la cuenta de cobro llegará, convirtiéndose así en un círculo vicioso y una cadena de nunca acabar.