jueves, 28 de octubre de 2010

La Plaga

Por Rafael Nieto Loaiza



Tres pestes, la violencia, el narcotráfico y la corrupción, y un problema estructural, el desempleo, han azotado a este país nuestro. La violencia y el narcotráfico, siameses como son, mucho han remitido en la última década. Hay que agradecerlo a la reforma del Ejército del general Mora, al Plan Colombia y a la política de seguridad democrática.



Pero poco, muy poco, se ha hecho contra el desempleo, que es de dos dígitos aun en tiempos de crecimiento acelerado. Y nada, absolutamente nada, contra la corrupción. Y ahí va la plaga, siempre presente, siempre al acecho, mimetizándose de acuerdo con las circunstancias y los escenarios. Y no disminuye, aun cuando se avance en el combate de algunos de sus factores de propagación.



La presencia de grupos armados ilegales es uno de ellos. Podría pensarse que el debilitamiento de su fuerza y su cobertura territorial se traduciría en una reducción sustantiva de la corrupción en las áreas liberadas. La lógica señala que si baja la capacidad de cooptar y amedrentar a las autoridades locales, si afloja la presión para desviar recursos, debería disminuir la corrupción. Pero la realidad es tozuda: no es lo que ha sucedido. Los datos muestran que en muchos de los municipios que fueron objeto de la intimidación de la guerrilla y los paramilitares, y que hoy no lo son, la corrupción sigue rampante. ¿El motivo? Una vez que son rotas las barreras éticas que contienen la conducta del ciudadano y lo invitan a respetar la ley y el erario público, es muy difícil recomponer su comportamiento. La desaparición de la presión externa que rompe el dique no se traduce en que las aguas vuelvan a la represa. Lo mismo ocurre con el narcotráfico. Su influencia corruptora genera una cultura de ilegalidad que va más allá del narcotráfico mismo.



Ahora bien, la corrupción no necesita de actores violentos para nacer y expandirse. Lo que ocurre con Bogotá, donde guerrilla y paras nunca fueron un factor determinante de poder, muestra que la plaga es feroz. Y que aparece a la menor oportunidad. Hay que ver lo que sucede hoy en la capital, después de las administraciones transformadoras de Peñalosa y Mockus y cuando se creía que el salto a la modernidad y a una nueva cultura ciudadana no tenían reversa. Las acusaciones de estos días muestran una trama de política y corrupción escandalosa que involucraría al hermano del alcalde Moreno y a altos funcionarios de su administración. Las cabezas de los organismos de control están seriamente cuestionadas y no tienen credibilidad alguna. El Personero, indígena y ex constituyente, está investigado por recibir recursos de la infame DMG. El Contralor liberal está acusado de hacer parte de la trama y es objeto de vergonzosas conversaciones entre senadores y contratistas. Y el control político en el Concejo es inexistente porque de la coalición de gobierno hacen parte casi todos los partidos, incluyendo aquellos que se enfrentan en el Congreso de la República. La política siempre es local y dinámica, dirán algunos, y eso explica que aunque en lo nacional el Polo y la U se saquen los ojos, en Bogotá hayan estado cogiditos de la mano. Y los verdes, que deberían capitalizar la situación para promover su discurso de moralización, están mudos porque temen que algo salpique a la administración de Lucho Garzón, elegido alcalde amarillo y hoy feliz presidente de la coalición de ex alcaldes. Por eso estamos como estamos.

domingo, 22 de agosto de 2010

SIN SOLUCIÓN BUENA

Por Rafael Nieto Loaiza

A estas alturas es difícil sorprenderse con los fallos de nuestros jueces. Nos tienen acostumbrados a que, más allá de impartir justicia, crean normas constitucionales y legislan, ordenan el gasto público, dan instrucciones de gobierno al ejecutivo de turno, dicen y desdicen de lo que ordenan otros jueces y tribunales. Es un irresponsable el abogado que diga a su cliente, con base en los antecedentes y la jurisprudencia, cómo debería venir el contenido de una sentencia sobre cuestiones similares. La reina del juego judicial es la inseguridad jurídica.



Curados de espantos, no debería sorprender la decisión de la Corte Constitucional sobre el más reciente acuerdo de cooperación militar con los Estados Unidos. Pero hay características que ameritan ser resaltadas. Positivo es que no cuestione la validez internacional del Acuerdo. Una posición prudente que reconoce que no es el derecho interno lo que define la validez de un tratado sino que éste se celebre de conformidad con el derecho internacional público. Por otro lado, la Corte sostiene que el Acuerdo no produce efectos internos. Como resultado, el Acuerdo quedó en la misma situación del tratado de extradición: está vivo, es obligatorio a la luz del derecho internacional, pero el gobierno colombiano no lo puede aplicar.



Además, la Corte no se pronuncia sobre asuntos de fondo. No dice que el contenido del Acuerdo sea contrario a la Constitución. Se limita a sostener que debe ser objeto de presentación ante el Congreso. El resultado es que si el Gobierno lo presenta y el Legislativo lo aprueba, el Acuerdo podría ser objeto de nuevas demandas y la Corte podría decidir que una o varias de sus cláusulas son inconstitucionales, obligando así al Gobierno a no aplicarlas o a renegociarlas con los EE.UU.



La Corte sostiene que el Acuerdo debe pasar por el Congreso porque, dice, tiene elementos nuevos que no están en tratados internacionales previos. Pero como tiene la maña de no redactar las sentencias sino varios meses después de tomar las decisiones, no hay manera de saber cuáles son esos elementos. Sin conocerlos, el Gobierno no puede renegociarlo para, por ejemplo, eliminarlos y poner en ejecución inmediata todo lo demás sin tener que ir al Congreso, o modificarlos para reducir riesgos de “inconstitucionalidad de fondo” en un examen posterior.



Y tiene consecuencias internacionales dificilísimas. Por un lado, la cooperación gringa es indispensable: EE.UU. es el único cooperante real que y de peso den la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Los demás sólo nos dan, como mucho, palmaditas en la espalda. Después, el Acuerdo, aunque nadie lo dijera, era un elemento de disuasión que no nos costaba ni un peso: el Teniente Coronel no podría correr el riesgos de afectar equipos y personal norteamericano en bases colombianas sin meterse en un lío fenomenal. Esas bases quedaban protegidas.



Finalmente, si la Corte dejaba intacto el Acuerdo, Santos podía decir que estaba obligado a aplicarlo. Si la Corte lo declaraba inconstitucional, Santos alegaría su imposibilidad de ejecutarlo. En la situación actual puede o dejarlo al lado y correr el costo de abrir una grave fisura en la cooperación norteamericana, o presentarlo al Congreso, desairar a Chávez y darle una nueva excusa. La Corte deja a Santos en el peor de los mundos y sin solución buena.

martes, 13 de julio de 2010

Los Héroes y los bellacos de mi patria

En buena hora llegó la decisión de Ingrid Betancourt de retirar la petición de conciliación con el Estado, por una suma cercana a los 15 mil millones de pesos, con la intención de que fueran reparados los daños sufridos por ella y su familia durante los casi 7 años que estuvo secuestrada en las selvas del sur del País por el grupo narcoterrorista de las FARC.

Cabe recordar, que el secuestro ocurrió en la antigua zona de distinción cuando la ex candidata presidencial, Ingrid Betancourt, su fórmula vicepresidencial, Clara Rojas y el ex jefe de prensa de la campaña, se desplazaron a San Vicente del Caguán para cumplir con compromisos de la agenda presidencial, los hechos ocurrieron a pesar de las advertencias de la Fuerza Pública, en cuanto al peligro que corrían y a dos semanas después de que el Gobierno de Andrés Pastrana diera por terminada las Negociaciones de Paz que sostenía con el grupo subversivo.

Me llenaba de tristeza, la actitud de la ciudadana colombo francesa, que no sé si escribirle colombo, su actitud causó gran estupor y rechazo en todo el pueblo colombiano y hasta en el Gobierno del Presidente Uribe y no es para menos, varios chistes en cuestión de minutos, rodaron en la red como “el Gobierno está preparando la Operación Enrroque para devolver a Ingrid a la selva” “si Ingrid quiere plata, que envíe RICO como mensaje de texto al 2299”, los ciudadanos con mensajes mediáticos en los diversos medios de comunicación manifestaron su inconformidad, rabia y hasta la misma tristeza y decepción.

Me llenaba de inmensa alegría el otro lado de la moneda, corrían lágrimas hasta en mi corazón, al revivir las imágenes y recordar los mensajes de lo que fue la Operación Jaque, cuando la misma señora Betancourt le decía a su madre, Yolanda Pulecio: “mamá estoy viva, estoy libre, el Ejército me rescató” repito estas palabras y la piel se me eriza.

La exitosa Operación Jaque, fue el resultado de un trabajo en equipo, adelantado por la inteligencia militar donde queda una vez en el punto más alto, el nombre de las Fuerzas Armadas Colombianas – FAC -, por su calidad y profesionalismo, la operación fue impecable.

Y hasta el propio ex comandante del Ejército, el general Oscar Montoya, parecía un niño con un juguete nuevo, que después de explorarlo le busca el alma; sin dudarlo y sin temor a equivocarme, su actitud era de gran ansiedad, de querer estar personalmente en los aeronaves que traerían a la libertad a los tres ciudadanos estadounidenses, a la misma Ingrid Betancourt y a 11 miembros de la Fuerza Pública. Admiro la actitud humilde y esperanzada, del (r) general Montoya, de poner a Dios como el Gran Jefe de esta grandiosa Operación.

A pesar, de que en la mayoría de las ocasiones nos gusta sacar a relucir sólo lo malo y lo bueno lo pasamos de largo, aquí quiero resaltar una vez más, el trabajo serio y comprometido de muchos Montoyas, Naranjos, Padillas, Uribes, de patrulleros y de soldados, Héroes de nuestra Patria, que mueren y viven por una Institución, que a pesar de sus lunares ocasionados por algunos bellacos que sólo buscan su propio beneficio y no el común, de personas que amamos profundamente la legalidad, de estos éxitos que nos enorgullecen como colombianos, como lo fue Jaque y recientemente la Operación Camaleón, inmortalizan nuestras Fuerzas Armadas de Colombia.

Hoy más que nunca, me siento orgullosa de instituciones como el Ejército, la Policía, del Presidente Álvaro Uribe Vélez, por su labor durante estos ocho años. Y me avergüenza, bellacos que se prestan para cometer ilícitos, de personas como Ingrid Betancourt que no miden las consecuencias de sus actos, que buscan su propio beneficio sin importarles el medio sólo el fin, de ciudadanos que unen sus fuerzas y esfuerzos para destruir a las personas y a las instituciones, de los agresores de menores, de los demonios que no cuentan con Dios en su corazón para corregir los actos y que no buscan un camino sincero hacia el arrepentimiento.

PD: Estimada Ingrid, te recuerdo que fueron las FARC quienes te secuestraron y sin mucho esfuerzo, fuiste a la boca de lobo sólo por insensatez y arrogancia, debilidades que bien mal hacen a la humanidad y más a ti, apreciada cuidadana francesa.

domingo, 6 de junio de 2010

El amor ¿qué es?

La inmensidad del universo, lo comparo con el amor… es algo que te mueve a hacer “locuras” sí! ese mismo amor, que debe mover todo el ser, nos llevó a una decisión un poco común, con mi amiga inseparable, mi madre; me ratifico, que todos los seres humanos estamos llamados a la entrega, al sacrificio por el otro, al encuentro, a la alegría eso es amor… no el que muchos piensan que se encuentra en la cama o un burdel, ni mucho menos ese que se entrega con condicionamientos, el amor simplemente es libre de ataduras.

En días pasados, una persona regaló a mi mascota y otro lo cogió para llevarlo lejos de su habitual mundo, un mundo lleno de amor y de cuidado, ambos asumieron que éste no tenía dueño, pero ¿cómo así? se preguntarán, sí se la llevaron a muchos kilómetros de distancia de su habitad. Quien se lo llevó ama profundamente los animales, de eso no nos queda la menor duda. Pero mi mascota, que por cierto es bien mal criada, sufriría intensamente, porque sólo está acostumbrada a su burbuja de cristal. El animal, que no valdrá mucho en este mundo light y consumista, para nosotros vale más que todo el oro del mundo, en ese pequeño reconocimiento me transporta al gran sentimiento de lo que es amor.

Sin dudarlo, nuestra primera manifestación fue la tristeza, era pensar ¿cómo estará? aunque no entramos en desesperanza a pesar, de que los días transcurrían y las noticias que llegaban no eran muy alentadoras ¡se perdió y aún no aparece!, “tenemos varias personas buscándolo” y al mismo tiempo nos preguntábamos, ¿qué necesidad tuvieron de cogerlo y llevarlo sin mediar palabra? o que por un acto tan sólo de honradez pensar ¿el animal tendrá dueño?

Nos lanzamos a la búsqueda de nuestro reencuentro, del reencuentro con el otro ser humano y de nuestra mascota; madrugamos a la vereda La Palma del corregimiento de San Cristóbal, sin conocer nada, sólo motivadas y confiadas en el amor que nos mueve, llenas de esperanza y persistentes en el ¿por qué? hacía la persona que se lo había llevado; les confesamos, el ¿para qué? quedaba a un lado, en ese momento no nos importaba. Pero, después de recorrer por más de una hora buena parte de la Vereda, mi madre escuchó en un espeso matorral el meow del Niño, el principal “autor” de este cuento, que por cierto tuvo un final feliz, nuestro reencuentro.

Ahora el ¿para qué? entraba a la escena de esta hermosa historia, que nos dejaba inmensos regalos, el más importante el amor y el segundo, el reencuentro; un verdadero amor que mueve montañas y que hace recurrir a un bloque de búsqueda, como lo hace la Fuerza Pública, sólo por un profundo sentimiento que nos motivó y a una familia que pudimos ver y conocer un poco, lejos de nuestros juzgamientos “a priori”.

Más allá, está el reconocimiento que sólo cuando se ama se da la razón a la inmensidad del ser humano y de un sentimiento que nos impulsó a la búsqueda de nuestra “felicidad”, aclaro la mascota no es nuestra felicidad, pero sólo acallando nuestras vanidades, prejuicios y juzgamientos, la vida es mucho más inmensa, si la impregnamos de un amor fiel y verdadero, fundamentado en lo que realmente importa Dios.

domingo, 16 de mayo de 2010

Más allá de Juan Manuel Santos

Por: Luisa Fernanda Castaño

Con la visita de Rodrigo Rivera Salazar, gerente político de la campaña presidencial de Juan Manuel Santos, a los diferentes institutos técnicos y tecnológicos de Medellín, no me queda la menor duda que “a un líder se reemplaza con un súper equipo” como el mismo lo aseguró.



Rivera columnista por pasión y político por profesión, fue el promotor del “Acuerdo Nacional contra el Terrorismo, por la Vida y las Libertades”, como respuesta a los atentados del Club El Nogal de Bogotá, convocatoria que logró el consenso en abril de 2003, del partido liberal, conservador, uribista y el Polo Democrático.



Con su labor de fortalecer a los partidos, ahora dentro de la campaña, Rivera dijo que Juan Manuel Santos dará coherencia a los principios implementados por el actual Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez y así, ratificará la Unidad que el mismo candidato Santos quiere y que todos los partidos son y serán bienvenidos para lograr que este país trascienda de la Seguridad Democrática hacia la Prosperidad Democrática.

jueves, 22 de abril de 2010

TRANSPARENCIA

Por Rafael Nieto Loaiza



La unión de Mockus y Fajardo le puso picante a la campaña. Noemí debe tener pesadillas con la dupla de ex alcaldes.



Tiene razón para preocuparse. Tras pocos días de las parlamentarias, cuando parecía muy sólida, escribí que si no conseguía la unidad del conservatismo, enredaría su tiquete a la segunda vuelta. Hoy sostengo que le hará falta un milagro.



Si tuviera los dos millones trescientos mil votos del conservatismo en las parlamentarias, Noemí estaría en condiciones de disputarle a Mockus el paso a la ronda final. Pero sin los goditos que están con Santos, le será casi imposible. Además, su tragedia es doble: aquellos no conservadores que estaban con ella porque parecía la alternativa viable frente a el uribismo y la continuidad, se irán moviendo, cada vez más rápidamente, hacia Antanas. Ahora es él quien encarna la opción real para disputarle al uribismo la Presidencia. Con la Sanín de tercera en la carrera, no tienen motivo para acompañarla. Y en la medida en que siga descolgada en las encuestas, los conservadores que todavía le quedan empezarán a buscar el alero de Santos. Noemí se verá erosionada por ambos costados y corre el riesgo de derrumbarse.



Dije también que si Mockus convencía a Fajardo de ser su vicepresidente, “harían una fórmula muy atractiva”. Y no sólo porque se complementan muy bien en los centros urbanos más importantes del país, o por su imagen de independientes, sino, también, porque juntos se muestran como una seria opción de poder y han empezado a atraer a los antiuribistas y a quienes sin serlo buscan renovación política.



El discurso de legitimidad, legalidad y transparencia es muy llamativo y puede traer a las urnas a abstencionistas tradicionales. Si lo consiguen en un número importante y si el eje de la campaña se mueve a la lucha contra la corrupción, Mockus y Fajardo podrían tener éxito.



No será sencillo, sin embargo, y tienen que tener cuidado. Los resbalones están a la orden del día. A mi, por ejemplo, me cayeron muy mal las declaraciones de Peñalosa y Mockus en las que anunciaban que el Partido Verde “renunciaba” a 4.500 millones de pesos a que tenía “derecho” por reposición de los votos que sacaron en la consulta.



Todo ahí es mentira. Ni tienen ese “derecho” ni “renunciaron” a nada. La reposición, es eso ,“reemplazar lo que se ha sacado de alguna parte”. Es decir, la reposición sólo cubre los gastos reales de las campañas, con el tope de una suma fija por cada voto obtenido. Pero si los gastos de campaña son menores a ese tope, la reposición sólo cubre esos gastos y ni un peso más. No tienen pues “derecho” alguno a los millones que dijeron y no “renunciaron” a nada porque no se puede renunciar a lo que no se tiene.



¿Una “hábil” estrategia de campaña? No lo se. Lo que sí se es que Antanas sabía perfectamente que no tenía ese derecho y que no estaba renunciando al mismo. Hace unos años, demandó a la Nación para que le entregaran el máximo dinero posible por reposición. Su campaña fue muy barata y consideraba que el resto de la plata era suyo. El Consejo de Estado negó sus pretensiones y advirtió que sólo se repondría lo que había gastado y punto. Entonces a Mockus le parecía ético que le entregaran todo el dinero.



De manera que el anuncio de la “renuncia” fue todo menos un acto transparente. A fe que picaron muchos. ¡Hay que ver cuantos aplausos inocentes han recibido por la propaganda!

miércoles, 24 de marzo de 2010

¿Santos y…?

Por Rafael Nieto Loaiza



El partidor de la carrera presidencial está listo. Será una competencia muy reñida e incierta. De lo que no hay duda es de que habrá segunda vuelta.



Santos inicia con ventaja. Primero porque la derrota de Arias le despeja el camino simbólico: será el único candidato que la gente identifique sin ambigüedades con el presidente Uribe en un país que, como quedó probado el domingo, tiene una amplia mayoría uribista. Después, porque encabeza con holgura las encuestas y en ellas dobla a sus inmediatos competidores. Finalmente, por que empieza con una base inicial de tres millones de votos de la U en el Congreso, 28 senadores y 49 representantes. Si no se equivoca en materia grave, Santos tendrá la votación más alta en la primera vuelta.



La incógnita está en quién lo acompaña a la segunda. Las encuestas mostraban un triple empate entre Fajardo, Petro y Vargas Lleras. Fajardo, que parecía el más fuerte entre ellos, está desdibujado. La estruendosa derrota de su movimiento lo deja mal parado. Su discurso de “ni uribista ni antiuribista” ya no dice nada y no se le conocen planteamientos con los que la ciudadanía pueda identificarse. Y Mockus y los verdes le harán mella, no sólo porque ahora se presentan como una alternativa más atractiva para los independientes y el voto de opinión, sino porque le pusieron un techo a sus aspiraciones en Bogotá, bastión del voto libre. Fajardo, pues, está liquidado.



Petro era otro que se mostraba como alternativa. Sin embargo, la derrota del Polo hace ocho días, cuando perdió la tercera parte de su representación en el Congreso, le hace una herida difícil de curar en tan poco tiempo. La fórmula de vicepresidencia le da mayor juego dentro del partido, pero no le suma un voto afuera. ¿Le alcanzará la fuerza que estaba tomando su candidatura en la Costa? No creo.



Vargas Lleras era el tercero en el grupo perseguidor. Pero a Cambio Radical no le fue bien en las elecciones de Congreso. Es difícil saber qué tanto lo afectara ese resultado y si la designación de una formidable economista costeña como fórmula vicepresidencial le dará un empujón suficiente. Carga, sin embargo, con un problema de ubicación: los uribistas más duros no lo apoyan porque criticó la rerrelección y los de la oposición tampoco, porque lo perciben muy a la derecha. Vargas Lleras, sin embargo, estaba haciendo la mejor campaña. Esta golpeado, pero no puede descartarse.



Mockus dará un salto importantísimo, no sólo por los buenos resultados en las parlamentarias, sino sobre todo por el impulso que le dará la muy favorable cobertura de medios que ha recibido en estos días. Y se alimentará también de la debilidad de Fajardo. Con todo, no creo que le alcance el empujón.



Pardo ha salido fortalecido. El liberalismo mantuvo su participación en el Congreso y obtuvo 1.750.000 sufragios nada despreciables. La intención de voto por Pardo, sin embargo, es mucho menor. ¿Podrá aprovechar el aliento que le dan las parlamentarias? ¿Será capaz de superar su incapacidad de transmitir, su falta de carisma? Si lo consigue, tiene chance de ir a la segunda.



Quien tiene más posibilidades, sin duda, es Noemí Sanín. Los conservadores sacaron tres millones de votos en la consulta y dos millones trescientos en el Congreso. Con sesenta parlamentarios, son la segunda fuerza en el Congreso. Si logra mantener la unidad del partido y, sobretodo, da tranquilidad a los conservadores uribistas, será quien compita con Santos. ¡Y puede ganarle!

jueves, 18 de marzo de 2010

Las Parlamentarias

Por Rafael Nieto Loaiza

Por cuenta del referendo rerreleccionista, un hueco negro que todo lo absorbía, estas elecciones son atípicas. Tendremos la campaña presidencial más corta de nuestra historia. El que se resbale difícilmente tendrá tiempo para volver a levantarse. Con el gigante fuera de circulación, la contienda es entre enanos y está abierta. Casi cualquiera puede ganar.

Y las elecciones parlamentarias, usualmente con dinámica propia, han sido opacadas por la polémica sobre el tercer período de Uribe. Con todo, lo que ocurra este domingo es vital:

Está en juego el control del Congreso y la gobernabilidad del próximo presidente. Si el partido de la U y el Conservador obtienen las curules que se esperan, de 28 a 31 senadores de la U y de 23 a 25 conservadores, tendrían, sin necesidad de terceros, mayoría. En la Cámara, sin embargo, seguramente necesitarán sumar los representantes de otro partido. Esa mayoría garantizaría que el nuevo presidente, si viene de la coalición de gobierno, podría impulsar su agenda legislativa sin mayores dificultades. En cambio, un jefe de gobierno que venga de otras filas lo tendrá muy difícil.

Eso nos lleva a la consulta conservadora, más cerrada que lo que esperan los noemicitas. Arias garantiza la continuidad de la coalición actual. Noemí, en cambio, ha sido equívoca. En mi opinión, si la Sanín hubiera manifestado con claridad que le apuesta a la continuidad, barrería. Pero con su ambigüedad ha conseguido que los conservadores uribistas y la gente de la U apoyen a Andrés Felipe. Tampoco la ayudará que la consulta verde se haga el mismo día: perderá una parte importante de voto de opinión, que preferirá escoger entre los tres “tenores”. Con todo, será una competencia muy reñida. La consulta conservadora será decisiva para las presidenciales.

El Partido Verde, si no alcanza el umbral, no podrá presentar candidato presidencial propio. ¿Habrá que recordar que ni el partido de Peñalosa ni el de Mockus superaron hace cuatro años ese umbral? ¿Y que en aquella ocasión ellos mismos encabezaban sus listas y ahora no? Es verdad que han aprendido la lección, que ahora Mockus y Peñalosa juegan juntos y que a ellos se suma Lucho Garzón. ¿Pero les alcanzará? La consulta para elegir candidato entre ellos alcanzará muchos más votos que sus listas al Congreso.

Intuyo que la votación por las listas de Compromiso Ciudadano será muy mala. Fajardo se equivocó al meterse en el berenjenal de las parlamentarias sin contar con partido de apoyo. Y volvió a meter la pata cuando vendió la idea de que conformaría una “selección Colombia”. Salvo algunas buenas excepciones, sus candidatos más bien harían parte de la suplencia de un campeonato de tercera. ¿Cuál será el impacto de una baja votación de sus listas al Congreso en su candidatura?

Muy a mi pesar, el PIN tendrá 7 u 8 senadores, la mayoría de ellos parientes de congresistas con problemas por parapolítica. Es verdad que la responsabilidad penal no se extienden a los familiares, pero es lamentable que aun haya ciudadanos que premien con su voto a quienes los traicionaron con conductas indignas.

El Liberalismo aspira a 20 senadores. Si llega a 15 debe celebrar. La candidatura de Rafael Pardo quedará grogui. ¿La incógnita? Cambio Radical. ¿Qué tanto los afectará los tránsfugas que terminaron en la U?

En fin, a votar. Es un deber ciudadano. Además, quien no vota después no tiene derecho a quejarse.

martes, 2 de marzo de 2010

La fiesta de los enanos

Por Rafael Nieto Loaiza



Si el presidente Uribe hubiese declinado a tiempo su intención de aspirar a un tercer período, andaría con su popularidad por los cielos y tendría una inmensa capacidad de maniobra política, muchísimo mayor que la que tiene hoy.



Pero le calentaron los oídos y se dejó tentar. Con impredecibles consecuencias, por cierto, para la continuidad de su proyecto político. Si Uribe no hubiera albergado la esperanza de repetir, podría haberse concentrado en construir un movimiento sólido y coherente que aglutinara a todo el uribismo y garantizara la continuidad de sus políticas.



Ahora, en cambio no hay seguridad de que sea un uribista quien suceda al Presidente. La aspiración presidencial reventó la coalición de gobierno. Vargas Lleras se apartó de ella en búsqueda de su propia candidatura. Y un sector del conservatismo, con Pastrana a la cabeza, decidió enfrentar a Uribe.



Sin el Presidente en la papeleta, el partidor quedó abierto y hay oportunidades para casi todos los aspirantes. Y para las coaliciones. Ninguno tiene, ni de lejos, fuerza suficiente para ganar en primera vuelta en mayo, de manera que todos necesitarán alianzas para triunfar en junio.



Será clave verificar si la división política actual es de carácter personal o si es ideológica. Si giraba en torno del Presidente, el retiro de Uribe significaría barajar y repartir de nuevo, con la posibilidad de alianzas entre, por ejemplo, el liberalismo y el partido de la U. Y, si el origen partidista retoma fuerzas, Cambio Radical.



Pero si es ideológica, como creo, habrá una tendencia natural a mantener las líneas divisorias actuales. El liberalismo, que desde Samper ha decidido jugarse a la centro izquierda, encontraría afinidades con Petro, el partido Verde y, sospecho, con Fajardo, quien más temprano que tarde tendrá que empezar a asumir posiciones. Desde el centro a la derecha, el conservatismo y la U jugarían juntos. Y con ellos, Vargas Lleras, si logra superar los celos y antipatías que tiene con Juan Manuel Santos.



En este caso, es definitivo lo que ocurra en la consulta conservadora. Arias ha dicho de manera inequívoca que está dispuesto a jugar con la U. Pero Noemí ha hecho mutis. Por eso es probable que uribistas no conservadores apoyen a Arias en la consulta. Por lo mismo, muchos en la oposición estarán dispuestos a votar por Noemí, en la convicción de que su triunfo en la consulta enreda a la actual coalición de gobierno. Esa estrategia puede serle inicialmente útil a Noemí, en especial porque Arias, que tiene mayor fuerza parlamentaria, ha sufrido un enorme desgaste de opinión por cuenta del escándalo de Agro Ingreso Seguro.



Pero Noemí se equivocaría de plano si cree que los sufragios de la consulta permanecerán para la primera vuelta. Ahí todos votarán por los candidatos más cercanos a sus afectos y a sus convicciones. Y Noemí necesitará hacer explícita su intención de buscar una alianza con Santos, si quiere que los votos de conservatismo uribista se inclinen por ella y no por Juan Manuel. Peor: si Noemí deja abierta la puerta para una alianza con la oposición, el conservatismo se fracturará. No tengo duda alguna de que un sector mayoritario del conservatismo, el mismo que votó por Uribe en el 2002 y en el 2006, dejaría el partido y terminaría en las huestes juanmanuelistas.



En fin, es un nuevo juego. Ido Gulliver, hacen fiesta los enanos.

lunes, 1 de febrero de 2010

Los capichos de la suprema

Por Rafael Nieto Loaiza

Por fin el jueves pasado la Corte Suprema entró a votar para escoger al nuevo Fiscal General de la Nación. De ese hecho se desprenden varias consecuencias.

La primera, que no tendremos Fiscal penalista. En contra de lo que sostuvieron los actuales Presidente y Vicepresidente de la Corte en diversas entrevistas, la mayoría del alto tribunal cree que la de ser experto en derecho penal no es una condición necesaria para desempeñar el cargo de Fiscal General. Era lo que habíamos dicho algunos, basados en que ese requisito no estaba en la Constitución o en las leyes, y en que en ocasión anterior, aun después de la entrada en vigencia del nuevo sistema penal acusatorio, la Corte había elegido fiscal lego en la materia. Mario Iguarán nunca fue abogado experto en derecho criminal.

La segunda, que se puede haber sido funcionario del gobierno que postula sin que ello signifique quedar vetado para ser elegido Fiscal. Camilo Ospina fue secretario jurídico de Palacio, ministro de Defensa y embajador en la OEA. La Corte parece haber reconocido que la independencia y autonomía del Fiscal, entonces, depende del carácter del nominado y no de que el candidato haya sido o no empleado del alto gobierno.

Tercera, que los llamados “estándares internacionales” que se alegaron para no elegir Fiscal no eran tales. Para empezar, por que lo que se arguyó como fundamento de tales “estándares” no eran tratados internacionales obligatorios para Colombia. De hecho, no eran siquiera normas de derecho internacional de otro tipo. Eran apenas algunas sugerencias de expertos de distintos países. Para peor, ni siquiera establecían que los fiscales tuviesen que ser penalistas o que no pudieran haber sido funcionarios de gobierno.

Cuarta, que la terna sí era “viable”, a pesar de las declaraciones en contrario de algunos magistrados. En distintos momentos, tras las renuncias de dos de los nominados, insistieron en que toda la terna debía retirarse. Pues bien, ahí sigue como candidato Ospina, el único de los tres postulados originales que sobrevivió la feroz embestida de los magistrados radicales y de sus acólitos en los medios de comunicación.

Como resultado, es posible sostener que exigir las condiciones de experto penalista y no haber sido funcionario de gobierno y declarar la “inviabilidad” de la terna fueron decisiones que no tenían fundamento internacional, constitucional o legal. No sobra recordar que el ámbito de libertad de los funcionarios públicos es reglado y limitado. Es decir, los funcionarios públicos, cuando actúan como tales, sólo pueden hacer lo que la Constitución y las leyes les ordenan. Ni más, ni menos. De manera que pedir requisitos adicionales a los que establece la Constitución para los candidatos a Fiscal General y declarar la “inviabilidad” de una terna que reunía las características exigidas en la Carta Política fueron decisiones calificables de arbitrarias y caprichosas.

Eso, en mi opinión, es lo más desafortunado de este episodio, por cierto no resuelto del todo hasta que se elija Fiscal en propiedad. A mi tampoco, lo dije en su momento, me gustaban algunos de los candidatos originales. Y los nuevos me parecen mucho mejores. Pero los órganos públicos no pueden actuar de acuerdo con sus gustos sino con lo que el orden jurídico ordena. Más grave aún si quien actúa por capricho (esperemos que no por política) es la más alta instancia de la justicia civil.

martes, 19 de enero de 2010

EN DEFENSA DEL PROCURADOR

Por Rafael Nieto Loaiza



¿Porqué los mismos medios y los mismos políticos que ensalzaron al Procurador General por el concepto que llevó a la Comisión Nacional de Televisión a suspender el proceso del tercer canal ahora lo acusan de uribista recalcitrante y de estar vendido al Gobierno? ¿Porqué sostenían que su posición en relación con el proceso del tercer canal era obligatoria y vinculante y ahora sostienen que, en relación con el referendo, es apenas opinión deleznable y no tiene valor jurídico alguno? ¿Porqué asumen que si la Corte Constitucional hunde el referendo es salvadora de la democracia, pero si le da su visto bueno es porque estaba comprada por el Ejecutivo?



Advierto que no estuve de acuerdo con el concepto del Procurador en relación con el tercer canal (no creo que haya fundamento jurídico para sostener que una licitación en la que se presenta un único proponente sea contraria al orden constitucional y legal). Tampoco lo estoy con su opinión en relación con el referendo (por un lado, incluso el pueblo y las asambleas constituyentes tienen límites para sus decisiones. La soberanía popular encuentra su frontera en los derechos y libertades humanas. Por el otro, la violación de los mecanismos de financiación de campañas debe tener sanciones que trasciendan las responsabilidades individuales). Pero indigna ver el descarado doble estándar con se le juzga y se evalúan sus actuaciones. Si convienen a los intereses de los opinadores, las posiciones de la Procuraduría son dignas de elogio y obligatorias y el Procurador casi un héroe nacional. Pero si no les gustan, el Procurador es un “godo reaccionario y camandulero” y sus opiniones son una “vergüenza”.



Lo cierto es que el Procurador fue elegido por votación abrumadora de congresistas no sólo uribistas sino de todos los partidos (Liberal y Polo incluidos) y sus posiciones ideológicas eran entonces ampliamente conocidas. El Procurador sólo ha sido consecuente con su trayectoria previa, algo que, de entrada, merece respeto y reconocimiento en un país lleno de insulsos, saltimbanquis y tránsfugas. Y aunque en ocasiones no se esté de acuerdo con él (he dicho ya que no lo estoy en dos temas de fundamental importancia), hay que admitir que sus opiniones son razonables y jurídicamente sustentadas. No es posible decir, además, que el Procurador le hace el juego al Presidente. Unas veces, como en el asunto del referendo, lo benefician. Pero en otras, como en el ejemplo del tercer canal, va en contravía de lo que el Gobierno quisiera.



De manera que lo que debe hacerse frente al Procurador es debatir sus argumentos y sus posiciones, incluso con vehemencia, pero no descalificarlo a él como persona o como jurista. El debate de ideas es lo propio de las democracias. No lo son el insulto y la descalificación personal y a priori.



Lo mismo, por cierto, es necesario con la Corte Constitucional. Con el añadido de que debería haber un consenso mínimo, social y político, en aceptar lo que la Corte tenga para decir sobre el referendo, sea cual sea su posición final y sea cual sea el margen de los ganadores. Preservar la legitimidad de la Corte es tan importante, en mi opinión, como su opinión sobre el referendo y sus resultados políticos. Sería fatal en términos de la institucionalidad democrática si como resultado de la búsqueda de la segunda reelección, además, nos llevamos entre las patas al árbitro constitucional.

sábado, 9 de enero de 2010

MIOPÍAS DE LA OPOSICIÓN

Por Rafael Nieto Loaiza



No se espera de los columnistas visiones equilibradas. De hecho, algunos han encontrado su cúspide en momentos de polarización, cuando asumieron posiciones radicales y sin matices. No hubo, por ejemplo, mejor D’Artagnan que aquel que, más allá de cualquier evidencia, se batía una y otra vez por Samper. No recuerdo que en esas épocas alguna vez hubiese estado yo de acuerdo con él, pero no dejé de leerlo ni una sola vez. A algunos otros, sin embargo, esos mismos momentos les roban todo su prestigio. Daniel Samper nunca fue el mismo después de esas épocas aciagas. Su credibilidad se vino al suelo.



Con Uribe el asunto es bien curioso. Frente al Presidente hay una relación inversamente proporcional entre medios y opinión. Si el grueso de la sociedad lo adora, la inmensa mayoría de los medios de comunicación, y sus columnistas, lo detestan con el alma. En los periódicos y revistas los uribistas somos bichos raros (ni hablar, claro, de los uribistas no rerreleccionistas, como el suscrito. Somos tan pocos como los más raros animales en extinción). Y si antes alguien podía decir que la situación quedaba compensada con el cubrimiento dado al Gobierno en la televisión, ahora tendrá que reconocer que, desde que se abrió la discusión del tercer canal, Caracol y RCN destilan un antiuribismo que muy poco se diferencia del de los más enconados enemigos de Uribe.



La popularidad del Presidente en semejantes circunstancias de animadversión de los medios de comunicación tiene diferentes explicaciones que van desde sus cualidades de líder hasta las comparaciones inevitablemente favorables frente a gobiernos anteriores. Con todo, la razón fundamental es que, más allá de lo que se diga y sin importar quien lo diga, los hechos son tozudos. Y esos hechos muestran mejoras sustantivas en la situación de seguridad y socioeconómica de millones de colombianos. El ciudadano común y corriente, la gente de a pie, vive hoy mejor, mucho mejor, que hace siete años y medio. Podrán correr envenenados ríos de tinta y aun así no podrán borrar esa percepción ciudadana.



Por supuesto, buena parte del mérito lo tiene la seguridad democrática. Muy miope hay que ser, o muy sesgado ideológicamente, para no entender que los más afectados con la violencia siempre son los más pobres y desvalidos. Los ricos, al fin y al cabo, pueden resguardarse tras guardaespaldas y carros blindados o, en últimas, irse a otros países. Para los demás no hay opción distinta que sufrir todos los riesgos. Creer que la seguridad sólo sirve para que “los ricos puedan volver a sus fincas por carretera”, como con desprecio dijo alguna vez el ex presidente López, es reflejo de una torpeza política de antología.



Torpeza que ahora se repite una y otra vez, con ocasión del asesinato del gobernador del Caquetá a manos de las Farc. Algunos han sostenido que es síntoma inequívoco del “agotamiento” de la política de seguridad democrática. Otros se atreven a hablar de “fracaso”. Todos sostienen que es indispensable “cambiarla” o “mejorarla”. Y sugieren de manera abierta o en forma implícita que hay también que cambiar el liderazgo que la implementa. En otras palabras, hay que salir de Uribe.


Se equivocan de cabo a rabo. Todos los crímenes que cometan las Farc en estos días preelectorales sólo reforzaran la percepción ciudadana de que la tarea está aun inconclusa y que se necesita aun más de lo mismo. Más Uribe. Y si no es él, a quien Uribe señale.