martes, 13 de julio de 2010

Los Héroes y los bellacos de mi patria

En buena hora llegó la decisión de Ingrid Betancourt de retirar la petición de conciliación con el Estado, por una suma cercana a los 15 mil millones de pesos, con la intención de que fueran reparados los daños sufridos por ella y su familia durante los casi 7 años que estuvo secuestrada en las selvas del sur del País por el grupo narcoterrorista de las FARC.

Cabe recordar, que el secuestro ocurrió en la antigua zona de distinción cuando la ex candidata presidencial, Ingrid Betancourt, su fórmula vicepresidencial, Clara Rojas y el ex jefe de prensa de la campaña, se desplazaron a San Vicente del Caguán para cumplir con compromisos de la agenda presidencial, los hechos ocurrieron a pesar de las advertencias de la Fuerza Pública, en cuanto al peligro que corrían y a dos semanas después de que el Gobierno de Andrés Pastrana diera por terminada las Negociaciones de Paz que sostenía con el grupo subversivo.

Me llenaba de tristeza, la actitud de la ciudadana colombo francesa, que no sé si escribirle colombo, su actitud causó gran estupor y rechazo en todo el pueblo colombiano y hasta en el Gobierno del Presidente Uribe y no es para menos, varios chistes en cuestión de minutos, rodaron en la red como “el Gobierno está preparando la Operación Enrroque para devolver a Ingrid a la selva” “si Ingrid quiere plata, que envíe RICO como mensaje de texto al 2299”, los ciudadanos con mensajes mediáticos en los diversos medios de comunicación manifestaron su inconformidad, rabia y hasta la misma tristeza y decepción.

Me llenaba de inmensa alegría el otro lado de la moneda, corrían lágrimas hasta en mi corazón, al revivir las imágenes y recordar los mensajes de lo que fue la Operación Jaque, cuando la misma señora Betancourt le decía a su madre, Yolanda Pulecio: “mamá estoy viva, estoy libre, el Ejército me rescató” repito estas palabras y la piel se me eriza.

La exitosa Operación Jaque, fue el resultado de un trabajo en equipo, adelantado por la inteligencia militar donde queda una vez en el punto más alto, el nombre de las Fuerzas Armadas Colombianas – FAC -, por su calidad y profesionalismo, la operación fue impecable.

Y hasta el propio ex comandante del Ejército, el general Oscar Montoya, parecía un niño con un juguete nuevo, que después de explorarlo le busca el alma; sin dudarlo y sin temor a equivocarme, su actitud era de gran ansiedad, de querer estar personalmente en los aeronaves que traerían a la libertad a los tres ciudadanos estadounidenses, a la misma Ingrid Betancourt y a 11 miembros de la Fuerza Pública. Admiro la actitud humilde y esperanzada, del (r) general Montoya, de poner a Dios como el Gran Jefe de esta grandiosa Operación.

A pesar, de que en la mayoría de las ocasiones nos gusta sacar a relucir sólo lo malo y lo bueno lo pasamos de largo, aquí quiero resaltar una vez más, el trabajo serio y comprometido de muchos Montoyas, Naranjos, Padillas, Uribes, de patrulleros y de soldados, Héroes de nuestra Patria, que mueren y viven por una Institución, que a pesar de sus lunares ocasionados por algunos bellacos que sólo buscan su propio beneficio y no el común, de personas que amamos profundamente la legalidad, de estos éxitos que nos enorgullecen como colombianos, como lo fue Jaque y recientemente la Operación Camaleón, inmortalizan nuestras Fuerzas Armadas de Colombia.

Hoy más que nunca, me siento orgullosa de instituciones como el Ejército, la Policía, del Presidente Álvaro Uribe Vélez, por su labor durante estos ocho años. Y me avergüenza, bellacos que se prestan para cometer ilícitos, de personas como Ingrid Betancourt que no miden las consecuencias de sus actos, que buscan su propio beneficio sin importarles el medio sólo el fin, de ciudadanos que unen sus fuerzas y esfuerzos para destruir a las personas y a las instituciones, de los agresores de menores, de los demonios que no cuentan con Dios en su corazón para corregir los actos y que no buscan un camino sincero hacia el arrepentimiento.

PD: Estimada Ingrid, te recuerdo que fueron las FARC quienes te secuestraron y sin mucho esfuerzo, fuiste a la boca de lobo sólo por insensatez y arrogancia, debilidades que bien mal hacen a la humanidad y más a ti, apreciada cuidadana francesa.

2 comentarios:

ElAlispruz dijo...

Te hago una pregunta, si eres amante de la legalidad ¿por qué te oponés a que una persona demande? Si te parece tan "bellaca" ¿Por qué le das pie a los violentos insultos que salen en los medios?

La responsabilidad estatal no tiene relación alguna con lo "buenos" y "santos", o "malos" e "interesados" que sean las personas. La discusión de la responsabilidad estatal, independiente de la obvia responsabilidad de las FARC, es absolutamente viable. La viabilidad es por: 1. Generación del riesgo estatal (daño especial) 2. Falla del servicio (pérdida de escoltas, negación de todos los medios de transporte, entre otras).

Decepcionante este artículo como Colombia entera. Asume los insultos como válidos, divide la colectividad entre los "buenos" y los "malos" y finalmente olvida la legitimidad de discutir la responsabilidad estatal por la vía judicial.

Recorrido laboral dijo...

Daniel parte de la premisa que disentir es generar criterios... Pero no comparto en lo absoluto en que Ingrid haya demandado al Estado o que tenga supuesta "viabilidad", cuando ella misma se metió a la boca del lobo, por una arrogancia y un egocentrismo pendejo que la llevó a estar cerca de 7 años en la selva, son estas actitudes que no conllevan a nada y sólo nos hace mal.
Para no ir muy lejos, si la sr. Betancourt tuviera dicha viabilidad, por qué no se fue hasta las últimas consecuencias??? por qué desistió??? y ahora le pide perdón al país.
Hay que ser consecuentes y consistentes!!!